Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

domingo, 12 de junio de 2011

Hoy quiero dedicarte unas palabras.

Él sonriente en mi casa jugando a la "play" con mi hermano.
Él corriendo mientras jugábamos en la calle. 
Él metiéndose conmigo. 
Él agarrándome para que mi hermano me hiciera alguna maldad. 
Él riendose sin parar. 
Él vomitando tras dar vueltas y mil vueltas en un columpio. 
Él cojiendo a mi hermana para que soplara las velas de su primer cumpleaños. 
Él comiendo conmigo en la misma mesa. 
Él diciéndome algún mote que se le acaba de ocurrir. 
Él haciéndome cosquillas sin dejarme ver la tele. 
Él caminando hacía "la parada" ese sitio dónde todos íbamos. 
Él sonriendo cerca de mi, sabiendo que moría por un beso de su boca. 
Él con ese acento suyo tan similar al mío en una tierra dónde no debería. 
Él con esos ojos azul cielo. 
Él una imagen perdida en un momento que yo no lo esperaba. 
Él postrado en la cama de un hospital. 
Él haciendonos reír, y siendo el más fuerte. 
Él tan seguro, y yo con tanto miedo. 
Él en mi alma aún sin tener el valor suficiente de ir a verlo. 
Él luchando hasta el final. 
Él con su sueño de ser rapero, y su canción ya grabada. 
Él con sus ganas de vivir. 
Y de repente, un día el ya no está... él se ha ido, ya no va a volver... 
Él ha dejado el hueco en mi alma, y las palabras en mi garganta aún sin ser pronunciadas...él se ha ido dejado en mi un mar de lágrimas aún dos años después de su adiós sin palabras. Él, el que siempre estuvo ahí a pesar  de yo no verlo. Él, el hermano que el destino puso a mi lado. Solamente... ÉL

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