Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

jueves, 28 de agosto de 2014

Las cosas cambian cuando menos lo esperas, aún no acabas de asumir unos cambios cuando llegan los nuevos. Así fue como esto llego hasta aquí, de la noche a la mañana ya no había mami y papi, ya no habían "¿puedo ir a...?" , te quedaste sola; tu y tus miedos cada noche, tu y tus problemas, tu y tus responsabilidades. En una isl donde no hay nadie que te espere cada noche en el salón.