Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

viernes, 24 de octubre de 2014

Se podría decir que soy una chica con suerte, tengo un trabajo que adoro y una persona que espera cada noche que me vaya a dormir para decirme que me quiere. Están también unos amigos que siguen a mi lado a pesar de mis mil errores, y una familia que me quiere aunque aún no de muy bien el porque.
Pero no es sobre eso sobre lo que quiero escribir hoy. Creo que más bien esta loma que me atrapa por escribir viene relacionada con el lugar en donde me encuentro ahora mismo. Es una playa bastante grande, de arena volcánica, con un mar absolutamente en calma mientras los pocos turistas que quedan se sumergen en él. Y mientras ellos pasean,juegan y se bañan; yo me pongo a imaginar como viven en realidad: de donde proceden, en que trabajan,que los ha traído aquí, si realmente esa pareja que se besa apasionadamente son pareja o si solo son dos personas infieles mientras sus matrimonios los esperan ilusionados en casa.
Por supuesto que resulta extraño que alguien como yo se ponga a observar y a imaginar a la gente que ve por la calle, pero dentro de mi existe una especie de sociologa-antropologa  que solo quiere saciar su sed de conocimiento sobre esas criaturas denominadas seres humanos.
Y así es como aveces intento analizarme, y me doy cuenta de que soy todo lo contrario a lo que creo ser, que soy ese tipo de persona que no le desearía ni a mi peor enemigo, ese tipo de mujer que espero que nunca se cruce en la vida de mis hijos. O bueno, mejor dicho, lo era.
Lo era antes de que todo eso pasara, antes de que él me hiciera darme cuenta de que las personas buenas y malas tienen un alter ego en s u interior que hay veces que necesita salir. Mi problema siempre ha sido que mi alter ego era el que tomaba el mando de mi vida. Y resulta extraño de admitir para una orgullosa como la que está tecleando esto ahora mismo.
Aunque haciendo un poco de autocrítica y auto análisis psicológico, llego a la conclusión de que mi forma de comportarme viene dada de una creciente falta de autoestima y cariño. Y no porque mis padres no me quisieran o cuidaran, sino porque yo nunca los deje hacerlo. Creo que siempre he sido de esas personas que fingen no necesitar  a nadie, pero que a la misma vez luchan por que todo el mundo les preste atención. Ese ha sido mi gran error.
He utilizado a la mayor parte de personas demo vida,amorosamente hablando, como una especie de droga que me convenciera de que yo era capaz de hacer las cosas por mi misma, usándolas mas de una vez como tirita y realmente sin preocuparme del daño que les haya podido causar.
Se que no es bonito ese comportamiento, y la verdad es que admitirlo me cuesta más, pero forma parte del camino hacia mi desintoxicación. Ahora mismo me siento como una alcohólica, como una heroinómana,intentando salir de ese camino de auto destrucción que estaba construyendo pasando de cama en cama, pensando que la gente que me quería sólo me quería porque soy buena en la cama y tengo cara de putón.
Y si amigos,eso creía, creía que enamorar a alguien era meterlo en mi cama y darle placer, que el sexo calmaría todas esas heridas que hay en mi alma. Pero ahora ya no es así.
Lo descubrí el día en el que él fue capaz de no tocarme, en el jque fue capaz de controlar mis impulsos ninfomanos para enfrentarse a mi a corazón abierto dándome una bofetada sin  guante con todos aquellos errores que ambos habíamos cometido. Y así empezó ese camino de buscarme a mi misma y encerrar mi alterego,de encerrarlo para que sólo salga a la luz en las noches que compartamos juntos sólo él y yo. He aprendido en este tiempo que la verdadera yo no necesita de esas cosas, que era fuerte, que era dura, que era dulce y a la misma vez fría. Que la verdadera yo ahora si que no depende de nadie, aunque le guste la sensación detener a ese compañero de viaje en el largo camino de la vida.
Una vez más gracias, y lo siento si la persona que lee esto se vio envuelta en mis intensos y oscuros años de auto compasión mal llevada.

viernes, 17 de octubre de 2014

Porque el amor.

Porque el amor como las personas va madurando, el va creciendo a medida que una relación avanza en el tiempo. Así al principio todas las relaciones de pareja se deben basar en ese loco enamoramiento de palabras bonitas, promesas, momentos dulces, cursiladas a todas horas y ese largo etc que todos conocemos. Pero es de un AMOR así con mayúsculas el dejar atrás esa etapa con éxito,y entrar  en esa otra en la que el amor alocado se convierte en amor del bueno,en la que empiezas a entender que el amar esta en el crecer juntos y dejar que el otro tenga su espacio, esa preciosa etapa en la que dejas de follar y empiezas a hacer el amor, en la que no necesitas estas cada 5 minutos diciendole a la esa persona cuanto la quieres, porque a él y a ti solo os hace falta reír juntos para saber cuanto os amáis.
Y es entonces cuando dejas de amar de más y amas bien, cuando entiendes que esa persona te quiere por quien eres, cuando de verdad alcanzas a comprender la importancia de ser compañeros, y no sólo amantes.
Y me alegra decir que al fin, aun con mil crisis, con mil fallos y aún muchísimas más de mil peleas; estamos en el sendero correcto tu y yo, formando de verdad un nosotros.
Porque eres ese hombre que me ha enseñado lo bonita que me veo con mis lunares, lo bien que me queda la sonrisa de recién levantada sin maquillar, porque eres tu quien apoyo a una niña tonta en sus peores momentos hasta llegar a sería mujer que soy hoy en día. No, no te lo tengo que agradecer, al igual que nunca querré que me lo agradezcas tu, porque cada día que mejoramos como personas, cada día que crecemos; lo hacemos juntos, y a un compañero de batalla no hay que agradecerle la vida, hay que luchar con él hasta que no nos quede aliento.
Así es como yo te lo digo, voy a amarte bien y sin prisas, para guerrear contigo hasta mi último aliento.