Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Realmente...





Mirando al mar, me acuerdo de ti, y te extraño, fué poco el tiempo que estubistes a mi lado, pero no puedo arrancarte de mi, porque en ese tiempo me enseñastes que era posible sonreir, aunque estubiera en lo más profundo del pozo. A veces me gustaría volver a verte y decirte que significastes mucho para mí, pero se que eso no es posible, cariño, incluso a veces recuerdo la fuerza que demostrastes en tus últimos días y me vales de ejemplo para fortalecerme. Pero no es fácil, pensar que te quedaba tanto por vivir, que hubieras hecho tantas cosas en esta vida. ¿Sabes? ahora voy a volver a La Caleta, nos volvemos a mudar, no sé como será, ni si me acordaré mucho de ti, pero realmente me apetece estar en los mismos sitios que compartimos hace ya tanto tiempo. Porque cada día me cuesta un poco más recordar tu cara, y me da miedo llegar a olvidarte.... Realmente dolía recordarte, dolía mucho, no podía hacerlo sin llorar. Pero ya lo he conseguido, ya te recuerdo con añoranza y no con dolor, ahora tu imagen me recuerda el cariño, el calor de tu sonrisa y no la imagen del niño enfermo. En fin... que te echo de menos y que te recuerdo continuamente. Tequiero