Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

viernes, 20 de enero de 2012

Parte 3

Y así fue, horas después, en aquel mismo lugar estaba ella, esperándome.  Al verme vino corriendo hacía mi y me abrazó; yo no sabía donde meterme, la verdad es que no estaba acostumbrada a esas muestras tan repentinas de cariño, y mucho menos en público y provenientes de una "casi" desconocida. Pero aún así, hice un esfuerzo en no parecer demasiado fría y levante mis brazos acogiéndola en ellos para corresponder a su euforia por verme. Gracias a lo que sea que esté en el cielo, el abrazo duró poco, y pronto volvió a hablar con esa voz que me embrujaba, mientras caminaba hacía no se dónde. Pero a mi no me importaba hacía donde se dirigía, yo me conformaba con escucharla hablar, con sentir las vibraciones de su voz recorriendo el aire. De repente me dijo: "Oye, ¿y tú no tienes pareja?" Y yo, la miré asombrada por su pregunta, la verdad es que lo acababa de dejar con mi novia, mi primera novia, por la cual salí del armario, así que su pregunta me dejó bastante tocada... pero con un hilo de voz dije un "No..." que no debió de sonar muy convencido porque me miró con cara extraña, por lo cual yo le expliqué la historia de mi relación con Jade de una forma que jamás se la había contado a nadie(aunque tampoco es que hubiera hablado mucho de ella desde que me dejó por un compañero de facultad), incluyendo los más íntimos detalles.  Cuando acabé de contarlo todo, levanté la mirada y allí estaba ella, sonriéndome de una forma maravillosa, y una sensación de libertad recorrió mi cuerpo desde las puntas de los pies hasta mi boca, dibujando una sonrisa que había permanecido escondida durante los últimos meses. Ella ni corta ni perezosa se inclinó sobre mí y me plantó un beso, pero no uno de estos normales, no... uno que me hizo volar a otro mundo, haciendo que todo desapareciera bajo mis pies, fue sin duda el mejor beso que me hubieran dado nunca.
 Si, se que puede pareceros flipante, que es ilógico y cursi, pero fue así, la primera tarde, el mismo día que nos conocimos, me besó; y no me arrepiento para nada de ese beso, y de no haberme apartado. Aunque si lo hubiera hecho las cosas en mi vida ahora mismo estarían mucho mejor.

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