Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

martes, 24 de mayo de 2011

Hoy, penúltimo día del curso.. penúltimo día de mi vida de estudiante... ¿qué puedo escribir que realmente refleje el miedo y la confusión a la que me enfrento? No lo sé, extrañamente me siento ante el teclado de mi ordenador y no salen las palabras, la inspiración me ha abandonado para perimitir que en su lugar se situe la incertidumbre...
Son demasiados momentos acontecidos en un período de tiempo muy corto.. demasiadas enseñanzas a base de golpes... demasiados recuerdos que se quedan enquistados junto a palabras jamás pronunciadas.
Y esas vivencias, a veces a medias.. a veces arrolladoras han constituido un desarrollo en mi que jamás imaginé.. y que ahora recordando comienza en el primer día de clase del curso pasado.. cuando llegué a ese nuevo(para mi) instituto... un lugar en el que apenas conocia a los que habían de ser mis compañeros en estos dos cursos... a las personas que me han marcado, que han ido de mi mano en este tiempo que hemos utilizado para pasar de un lado a otro de nuestras vidas, personas que forman ya parte de esta etapa de mi vida, y que cuando cuente como fueron mis ultimos años de estudiante... ellos formarán parte de mi relato.

Y así.. mañana será el último día de mi vida de estudiante... dejaré de ser alumna... no tendré sino los maestros que me imponga la vida... que extraño resulta ¿no? Mejor dejo de pensarlo... porque el miedo está empezando a hacerse presente.. y quiero disfrutar un poco más de mi libertad.. al menos de mi ficticia libertad...

No hay comentarios:

Publicar un comentario