Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

martes, 22 de marzo de 2011

Encuentro fortuito 1

Y mientras caminaba, como siempre, sola por la calle, absorta en mis pensamientos, como cada día preguntándome de nuevo que hice mal. Pero no era un día normal, no era un día cualquiera, aunque en ese momento yo aún no lo supiera, el destino me guardaba la peor y la mejor de las sorpresas de mi vida.

Una persona caminaba hacía mi, pero como siempre yo no estaba lo suficientemente atenta, y tropezamos. Al levantarme del suelo, donde por pura suerte del destino fui a caer en lugar del abismo en el que estaba inmerso,vi, a una chica con la piel tostada por el sol, que me miraba con apuro, y me hablaba con rapidez, aunque yo, gracias a mis auriculares no la estaba escuchando. Cuando me levante, agarrándome a su pequeña manita, me quite los cascos que aún llevaba  metidos en mi oreja, y pude oír una voz, que en ese momento me pareció la más hermosa que había escuchado nunca, que me me pedía disculpas de manera que rozaba la histeria, de un modo arrollador miles de palabra salían de su boca en apenas un minuto, así que haciendo gala de los modales que me caracterizan le tape la boca con mi mano, y le dije que dejara de preocuparse, yo estaba bien, y esto me sucedía a diario con las miles de personas que andaban por esas calles.

Nadie podría haberme advertido lo que iba a cambiar mi vida después de ese encuentro...

No hay comentarios:

Publicar un comentario