Hoy, me toca escribir, ya era hora de sentarme delante de este teclado donde tantas veces he escrito mil y una palabras.
Sensatez, algo tan abstracto, quizá pueda parecer que no he actuado de esta manera en mi vida y no se equivocaran. Pero la sensatez no es algo que aparezca de repente, va creándose en con nosotros, y arrastrándose en nuestras vivencias, y como por arte de magia un día te levantas y eres una persona completamente distinta a la que eras hace unos meses. Te miras al espejo y no te reconoces, y ya piensas que las ilusiones son bonitas, pero hay que tener cuidado con ellas.
Y así, hoy me levanté sin reconocer la imagen que me miraba desde el otro lado, preguntándome como una persona muy cercana a mi estaba actuando de una forma que la pone en riesgo a ella y a cuanto quiere. Hoy me levanté queriendo gritar, queriendo ir a dónde él está y decirle: Arriésgate, pruébate, danos la oportunidad, dejáme demostrarte, reclamarte, enamorarte. Y todo eso debido a la sensatez, una sensatez que me dice en este miso instante, deja de callarte, lo que tenga que ser será, pero di lo que tienes que decir.
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