Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

viernes, 15 de abril de 2011

Casi las cuatro de la madrugada, y yo sentada ante este teclado, intentado expresar las ideas que me pasan por la cabeza. Hoy, no sé pero tengo la impresión de que en algún lugar, en este preciso instante una persona está teniedno el mismo dolor de cabeza que yo, por pensar en las mismas paranoias que pienso yo.  Si esa persona piensa de la misma manera que yo, no creo que fuera bueno que nos conocieramos, porque no nos llevariámos bien, a mi me gusta que me aporten cosas, no que sean mis clones, así que dicha personita no em parecería para nada interesante, y por dicha razón ni me molestaría en entablar una conversación.
Pero esta noche, he mantenido una minitertulia bastante interesante, en la que he caido en la conclusión de que lo que espero de una persona con la que compartir mi vida, lo que espero encontrar algún día, no es sino alguien que además de entenderme, de cuidarme, de mimarme, sea capaz de no pedirme nada a cambio, y sólo por esto, yo le entregaré todo de mi, además debe de haber por ahí alguien que sea capaz de abir su mundo para que junto al mío podamos crear nuestro mundo.
Pero ese alguien no ha aparecido en mi vida, ni tengo prisa en que lo haga, quizá nunca lo conozca, pero al menos, una y otra vez iré planteandome nuevas cosas, nuevas ideas, y aprenderé de las personas que puedan acompañarme en mi viaje.
Y as´, a las menos 5 minutos, me despido de esta entrada de blog vacio, y decido irme a dormir, con una enorme sonrisa en los labios, porque esta noche despues de una larga semana, al fin podré dormir tranquila.

No hay comentarios:

Publicar un comentario