Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

jueves, 3 de febrero de 2011

Las nubes del invierno

"Las nubes del invierno se irán del mundo, como siempre, desaparecerán y su oscuridad se irá nuevamente con ellas, y luego volverán con el otoño, o dulce otoño, ¿por qué no vuelves a mi lado? Que dulce fué el otoño, ni el frío ni el calor entraban en mi alma, no había aún despertado del sueño de la infancia, en el que aún me encontraba presa. Pero he despertado y he visto con mis ojos la soledad y la banalidad del mundo. ¡Oh que cruel eres mundo! Con todo lo que intento darte sólo me traes dolor y desdicha. Pero te equivocas si piensas que me quedaré aquí rota, herida por la traición de todos cuanto amé. Pienso levantarme y demostrarte que te equivocas, no soy débil, no soy blanda. Soy fuerte, mucho más de lo que tu y todos creen y aunque lo intentes no conseguirás derribarme. Porque si, preciado mundo, me quitastes lo que amaba, pero no te distes cuenta de lo que me entregastes, de lo que aparece tras las nubes. Ambos nos equivocamos, no estoy sola, quienes me aman no me habían abandonado, yo me había negado a verlos, sólo eso. así que mundo, dejate ya de ponerme problemas, deja que me acerqué a ese verano que me llama desde lejos, dejame tenerla una noche a mi lado, y decirle cuanto he callado. Sólo dejame por una noche soñar que ya no estoy sobre ti, que puedo volar lejos, y llevarmela a ella conmigo. Anda,¿que te parece si hacemos un trato? Yo me voy, me alejo para siempre de todo, sola como al parecer tu quieres que esté. Pero antes dejame ver su rostro y amarla bajo las estrellas que cubren el cielo."
El mundo no le respondió, y ella siguió caminando por la acera, mientras en su mente suplicaba encontrarse con ella, rogando que aún no se hubiera ido del trabajo. Y así fué, ahí estaba, tras el mostrador, tan hermosa como siempre. Alba se acercó al mostrador y la cara de su amada se iluminó, quedaron en verse luego, porque Alba quería decirle algo.
A la hora convenida Alba se encontraba en le lugar convenido, un sitio solitario y olvidado, que se situaba bajo la inmensidad de las estrellas. Ella llegó tarde, pero cuando intentó disculparse Alba no la dejó, se acercó a ella y con lágrimas en los ojos la beso, con las manos temblorosas la acarició, y la amó así bajo el manto de estrellas que cubría sus cabezas.
" Lo siento mundo viejo amigo, pero no puedo cumplir mi promesa, no puedo dejar a esta criatura aquí e irme despés de haber probado sus besos y el aroma de su piel. Después de todo, querido, vamos a tener que convivir juntos al menos hasta el día de mi muerte". Pensó Alba mientras su amante recorría su cuerpo a besos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario