Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

sábado, 19 de febrero de 2011

Volver a la infancia.

Volver a la infancia, a los abrazos sinceros, a las mentiras piadosas, a los cielos claros, a los mundos fantásticos, a los cuentos de hadas. Volver a  los momentos que me hacía llorar, a los dibujos animados. Volver a sentir que el mundo no me daña.
Porque ahora el mundo daña, el mundo sólo crea heridas en el alma. Ahora la realidad es un lugar inhóspito, donde no sabes que creer de la gente. Dónde puedes esperarlo todos de todos.. ahora, ya no puedo irme a mis cuentos de hadas, porque ya nada quiere ser como debería. Porque de repente las cosas cambian en un minuto. Pero llega un momento en el que aparece alguien, alguien con quien sientes que te complementas, alguien que te llena, que te da una seguridad extraña al hablar. Y entonces sueñas con volver al mundo de la infancia, al mundo donde todo era fácil, donde eras feliz, sólo con una sonrisa.

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