Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

miércoles, 16 de febrero de 2011

...

...Todo acaba un día gris, con lluvia. Aún recuerdo como comenzó, con un día espléndido, soleado, sin una sola nube que anunciara la tormenta que se me venía encima.

Era una tarde común, estaba en casa y me aburría, decidí llamarte, pues eras mi amigo, y se me antojaba oír u voz, nada más, sólo eso. Quien me podría decir a mi, que a las 19:30 de aquel día ya yo estaría metida hasta el cuello en un amor más profundo de lo que nunca pude imaginar. La relación empezó así, tan precioso en ese momento, tan perfectos los dos. Pero solamente un mes más tarde todo se fue a pique, y ahí comenzó el verdadero infierno.Una oportunidad tras otra, un fallo y otro, un "voy a cambiar nena" tras otro. Pero un día casi año y medio después me harté, cometiste el error de fallar creyendo que tendrías una nueva oportunidad, pero no, yo no aguantaba uno más de tus plantones, una más de tus disculpas.

Así y todo intenté ser tu amiga, créeme, lo e intentado, pero nuevamente me fallaste, y nuevamente como cuando estábamos juntos, yo te volví a perdonar,y otra vez me has vuelto a fallar. Sabes lo que duele, poner de nuevo mi ilusión en tus manos, sabes lo que me costó volver a escucharte, pero no lo pensaste, y ahora que me has obligado a tomar esta decisión me vienes con el cuento de que no me importas. Perdóname si quiero por una vez pensar en mi en vez de en ti, si por primera vez en casi dos años desde que todo comenzó quiero dejarme respetar, pero esta vez no voy a aceptar tus disculpas, no voy a echarme a atrás y a fingir que no ha sucedido nada, que todo fue mi culpa, no, me niego, no más, nunca más.

Y así hoy te digo adiós, no quiero oír más tu voz, me duele porque sé que tu  salud no es buena, que en cualquier momento puedo ocurrir una desgracia, pero he intentado estar a tu lado, lo he hecho y no me puedes echar en cara, que cuando me has necesitado he estado. Pero definitivamente debo hacer oídos sordos a mi dolor, debo acallar mi preocupación por ti y seguir mi camino, después de todo ya no soy nada para ti, porque debo estar preocupada. Nuestros caminos se separan, y yo pienso hacer como si nunca hubiéramos seguido el mismo, como si nunca te hubiera querido, y si lloro lo haré en silencio en la oscuridad de mi habitación, y me negaré a escuchar tu nombre, ni dentro ni fuera de mi cabeza, puesto que ya para mí, eres menos que una persona cualquiera, no eres nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario