Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

domingo, 2 de febrero de 2014

Y llegó ella con su encanto escondido, me hizo encontrar el hogar en el lugar menos pensado. Ella tan tranquila y tan altiva, tan serena y tan misteriosa. Ella siendo la más jóen de sus hermanas y con tantas historias que nadie conoce, y cuando tiembla todos alerta porque algo va a suceder. Ella que me enamoró desde el primer día que la vi, a la que extraño cuando estoy lejos. Ellá con sus sonidos de pitos y tambores, ella con sus bailarines y sus chácaras. Mi pequeña isla del meridiano, el lugar donde siempre hay hueco para uno más, dónde nadie sobra.

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