Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

lunes, 3 de febrero de 2014

Para ti, como despedida.

Creí sentir amor, sentir pasión, creí depender de tu media sonrisa para vivir, creí poder perderme en tu cuerpo y olvidarlo todo. Pero no eran más que falsas ilusiones, un oasis creado por mi mente para negarme lo que de verdad quería. Y siento decirlo pero fue el miedo a la soledad lo que me llevó a tus brazos una vez más, ese temor a no poder estar completa sin alguien que me dijera que estaba ahí para mi, para siempre, pasara lo que pasase.
Y ahora ya lo sé, lo siento, te quiero, pero no como tu cree, te quiero porque fuiste un flotador que me hizo no ahogarme cuando aún no estaba preparada para nadar. ¿Te usé? Se puede mirar así, pero en mi defensa debo decir que no era consciente de estarlo haciendo. Para mi todo aquello era tan real como para ti, todos esos planes, todas esas noches. Pero ahora ya veo que no lo era, que no era sino una forma de sobrevivir a la soledad que no quise aceptar.
Espero que seas feliz, y encuentres a alguien, que no cometas mi error, y por miedo a soledad, por buscar un salvavidas, dañes a alguien que te quiere.
Adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario