Cuando escribimos, dejamos una parte de nuestras almas en las palabras. Cuando reímos alegramos a otros con nuestras alegrías. Cuando lloramos compartimos el dolor con quienes nos quieren. Cuando vivimos, simplemente crecemos.

miércoles, 6 de junio de 2012

Una noche más.

Estaba yo en una fiesta de mi isla, estaba todo lleno de gente conocida, aunque sólo fuera de vista, y habían algunas caras desconocidas. Entre esas caras hubo una que llamó agradablemente mi atención.Él era un chico bastante grande, parecía un armario de lo enorme que era, su cara era de facciones fuertes y sus brazos mostraban una musculatura que hicieron que me quedara mirándolo embobada. Me puse a bailar en la tarima, como siempre, pero él no me miraba. Y yo cómo no soy una persona obsesiva, pues seguí con mi fiesta sin fijarme más en él. 
Ese verano fue pasando, con muchas fiestas más en las que yo veía al maromo de lejos, cada noche con una diferente, cada noche riéndo y disfrutando, pero yo a pesar de seguir con mis ligues ocasionales no caía en la noción de que ni siquiera me había presentado a ese chico que me hacía sentir tan por decirlo suavemente... "perraca perdia'". 
Tuvieron que pasar meses hasta que una amiga nos presentó sus primeras palabras en mi oído mientras bailábamos: "me encantas desde que te vi al principio del verano en la tarima", hicieron que mi ego se subiera por las nubes, él se había fijado en mi, me había estado mirando, de pronto una oleada de calor recorrió mi cuerpo, y mientras bailábamos en nuestra propia música fuimos rozándonos con las manos, el alcohol fue corriendo por nuestras venas y el subidón nos hizo ir acercándonos más hasta que nuestros labios se entrelazaron y nuestros cuerpos se abrazaron. No recuerdo bien que pasó después, sólo retazos de gemidos, mordidas y arañazos que se van sucediendo hasta que despierto desnuda abrazada a él, mi cabeza reposando en un pectoral que parece de piedra y un cuerpo desnudo que deja deslumbrar todo lo que fue para mi la noche pasada. 
Me levanto lentamente, le dejo una nota con mi número de móvil y mi nombre(no recuerdo si se lo llegué a decir) y me voy. 
Ha sido una noche cargadita, los chupetones en mi cuello lo demuestran, y las agujetas en mis piernas me hacen pensar que he dormido muy poco... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario